Al año desechamos unas 300.000 toneladas de neumáticos. Pero una vez gastados ¿Qué hacemos con ellos? Este es un gran problema ecológico, y que nos incumbe a todos. Si los neumáticos no son debidamente reciclados se crea un grave problema medioambiental.
En nuestro país existen miles de toneladas de neumáticos usados que no han sido reciclados debidamente. Son un foco ideal para la proliferación de bichos, ratas y otros animales dañinos, ya que el agua estancada en los neumáticos favorece la reproducción de los mosquitos hasta 4.000 veces más que en la naturaleza donde son un foco de infección. Aparte de que son un elevado factor de riesgo directo en la generación y propagación de incendios.
Si todos cuidamos más nuestros neumáticos estaríamos contribuyendo con nuestro granito de arena. Es tan fácil como controlar frecuentemente la presión de los neumáticos, la alineación y no conducir de forma agresiva. Así los neumáticos nos durarían hasta un 20% más y ahorraríamos también hasta un 5% en combustible ya que es más ecológico, económico y seguro.
Podemos cambiar la banda de rodadura del neumático y así alargaremos su vida útil. El resultado es un neumático con casi la misma calidad que uno nuevo y más económico. Esta práctica es muy habitual en países como Dinamarca o Suiza, históricamente muy concienciados con la sostenibilidad y el cuidado del medio ambiente.
Los neumáticos que ya no sirven, se pueden emplear para elaborar nuevos productos, como tuberías o incluso productos decorativos.